Las redes sociales y cambios de comportamiento

Ayer, después del partido (partidazo) de Rafa Nadal en la final del Roland Garros me di cuenta de cómo han cambiado nuestras vidas gracias a las redes sociales.
Mientras estaba viendo el partido, aparte de las ya conocidas actualizaciones de los diarios en sus portales web, pude ir viendo todo lo que opinaba mi time line: "Rafa no ha empezado con buen pie", "Roger Federer se va a hacer con el primer set como esto siga así", etc.

En Facebook (la gente no actualizaba cada dos segundos, no es como Twitter) había mensajes que podríamos ordenar cronológicamente:
antes del partido - "comida y partido de tenis. Vamos Rafa!!"
durante el partido - "Vamos, Rafa, go, go!!!"

Y lo mejor vino después del partido, pues parece que todo el mundo, yo incluída, estábamos deseando que acabara para actualizar nuestros estados. Nada más finalizar, los mensajes copaban los perfiles de muchos amigos (imagino que a vosotros os ocurriría parecido); "Rafa, enhorabuena, eres el mejor!!".

Gracias a las redes sociales y el poder contar tu vida, sea lo que sea, en el momento que quieras, se ha multiplicado la típica llamada que hacías a tu mejor amigo tras la final de fútbol de turno gritando "Campeones, oe, oe". Ahora se lo dices a mucha más gente y también puedes ver el entusiasmo de todas estas personas. De lo que antes te alegrabas con una persona, ahora lo puedes hacer con todas.

Además, no sólo podemos hablar sobre nuestra vida, sino que hay eventos del mundo offline que marcan nuestra actividad en el mundo online. Así, muchos hemos estado pendientes a las siete y algo para actualizar nuestros estados con el resultado de la final de este grand slam de tenis; al igual que ocurrió con el Mundial de Fútbol el año pasado o con los cuatro clásicos de este abril.

Es innegable, el mundo off planifica nuestro universo on; y al revés, pues cada día se pueden escuchar a más personas en cualquier sitio hablando de lo que se han enterado por Facebook.