Los usuarios no son tontos

Muchas veces podemos encontrarnos con ejemplos de marcas en las que parece que sus directivos, o estrategas, o simios que aprietan las teclas del ordenador, piensan que el público es tonto. Y, aunque la "masa" quizá a veces muy lista no es, tampoco deberíamos partir de lo anterior.

No voy a convertir el blog en un espacio estilo O.C.U., pero sí es cierto que desde la perspectiva del marketing y las estrategias publicitarias (que es, entre otras cosas, a lo que nos dedicamos) tratar al público de tonto tiene riesgos. Así que pongamos unos cuantos ejemplos que pueden hacer que una marca sufra mucho, porque al fin y al cabo, vive de su público.

Una marca no puede hacer creer a sus consumidores cosas que no son ciertas porque, por suerte o por desgracia, vivimos en el siglo XXI en occidente, un mundo conectado gracias a la información. Cualquier cosa que hagas, se acabará sabiendo.
El otro día una marca decía tener una super promoción, animando a sus clientes a comprar, puesto que ésta se iba a terminar. A los dos días sacan unos descuentos todavía mejores; y claro, los usuarios terminaron enfadándose ya que esa "oferta limitada" era limitada, pero porque luego venía otra mejor.

No les menosprecies. Si quieres hablar con ellos, habla, no les des un espacio para conversar y les dejes ahí hablando solos.

Haz bien las cosas, no les des el producto medio terminado; no te olvides de darles información, mímalos. Una cosa es el suspense, una buena herramienta publicitaria, y otra el darle tu producto diciéndole "está incompleto, sí, pero en un par de semanas lo termino". Luego algunos se preguntan que por qué no les compran los usuarios o por qué se enfadan.

Podríamos seguir, y lo haremos en siguientes posts, pero como conclusión a este primero, podríamos decir que hay que tratar al público como personas inteligentes capaces de razonar, porque si se enfadan, sólo pueden sembrar los canales de comunicación que conocemos de comentarios malos de tu marca... y vete luego limpiándolo...